Cada vez más los diseñadores y estudios de ingeniería buscan desarrollar productos, informaciones y servicios accesibles. Buscamos caminar hacía un futuro inclusivo. Sin embargo, a veces vemos que no estamos en el camino correcto, y se nos olvida que la tecnología y la innovación deben ir de la mano de la accesibilidad… y no por ello deben de dejar de ser bonito, barato y moderno.

Tendemos a pensar que la modernidad está asociada a la complejidad, pues nos asocia conceptos tecnológicos de dificil desarrollo, y que seguramente tengan mil algoritmos implementados. Nuestro cerebro piensa así… cuanto más elaborado, mejor.

Pero la realidad es otra, lo sencillo es lo dificil de desarrollar. Simplificar en dos o tres pasos algo que requiere muchos procesos, hace poner al alcance de todos productos y servicios que hace años estaban destinados solo para algunos privilegiados.

La accesibilidad busca la sencillez, la inclusión. Busca que todos seamos lo más autónomos posible, independientemente de nuestras capacidades físicas, visuales, sonoras o cognitivas.

Hablemos un poco del ejemplo de la imagen. A la izquierda veis un porterillo antiguo, probablemente todos lo asociemos a un lugar, una época, una casa, ¿de nuestros abuelos quizás?

Ahora queremos avanzar hacia un futuro mejor, y tenemos la opción A y la opción B, ¿cúal creeis que es mejor? Os dejamos algunas pautas por si os ayudan a decidir:

  • La incorporación de una videocámara es muy importante. Personas sordas o de baja audición se beneficiarán de poder identificar al visitante antes de abrir la puerta.
  • El aviso no solo debería ser sonoro, también visual. Por lo que en el interior de la vivienda debería haber algún tipo de iluminación en el receptor que informe de que están llamando.
  • Que las viviendas estén ordenadas e identificadas es muy positivo. Ayuda mucho el hecho de que se pueda localizar fácilmente un domicilio de un simple vistazo y de forma intuitiva (los pisos más bajos en la parte inferior, por ejemplo).
  • El porterillo debería tener braille y estar situado a una baja altura.
  • Otro dato a tener en cuenta es que los botones no estén muy duros y sea fácil pulsarlos, sin necesidad de realizar una fuerza excesiva.
  • El sol nos puede jugar una mala pasada y provocar que la visibilidad de una pantalla no sea óptima. Por ello, que el mecanismo solo sea mediante botones, evita situaciones en la que la pantalla que contiene la información no es visible.
  • La complejidad de los códigos de llamada puede provocar desorientación a la hora de buscar el domicilio. Que un solo botón esté asociado a un solo domicilio es más sencillo que buscar combinaciones que, a veces, ni siquiera tienen un sentido lógico numérico.

Esperamos vuestros comentarios, seguro que podemos aprender entre todos y caminar en la dirección correcta.